En las pasadas semanas un grupo de nueve ciclistas fue atropellado en una carretera de Mallorca por una conductora que dio positivo en la prueba de detección de drogas. Varios de ellos resultaron heridos de gravedad y posteriormente uno falleció.

En nuestro recuerdo están aún recientes otros accidentes donde grupos de ciclistas fueron atropellados con resultados catastróficos y un poco más lejos en el tiempo ocurrieron accidentes con deportistas profesionales que estaban entrenando. En alguno de ellos se demostró que el conductor estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Muchas veces se cree que la mayoría de los accidentes con bicicletas son ocasionados por la imprudencia de ciclistas y su falta de disciplina para cumplir las reglas del tráfico, pero en estos últimos percances está claro que no ha sido así. Se trata de ciclistas expertos con muchos kilómetros en sus piernas a los que se les supone una gran experiencia.

Aunque aún no hay datos definitivos del año 2017, según datos provisionales de la Dirección General de Tráfico sí se sabe que en vías interurbanas fallecieron 44 usuarios de bicicleta, casi un 35% más de los que fallecieron en 2016.

Según datos de años anteriores, de los accidentes con víctimas en vía interurbana, solo  el  33%  de los conductores de bicicletas implicados había cometido alguna infracción.  En  la mayoría de  los  casos  son  los  otros conductores los culpables del accidente.

Estamos viviendo una proliferación de bicicletas en nuestras ciudades y carreteras. El interés por un medio de transporte alternativo que beneficie la movilidad, la contaminación y la salud ha contribuido a ello. De esta forma, muchas personas se han incorporado a la bicicleta sin conocer exactamente las normas que rigen su circulación. Por otra parte, los conductores del resto de vehículos tampoco tienen claro cuál tiene que ser su comportamiento con respecto a las bicicletas.

Hay que tener en cuenta que las bicicletas son vehículos menos visibles, más vulnerables y más inestables en su circulación, y por ahí tienen que ir todas las precauciones. Vamos a repasar las situaciones más conflictivas en las que se pueden encontrar los dos tipos de usuarios y cuál es la norma que la regula.

LUGAR EN LA VÍA

Como norma general, los automóviles tienen que circular por la calzada, salvo que por razones de emergencia lo hagan a una velocidad anormalmente reducida perturbando gravemente la circulación. En ese caso, podrán circular por el arcén si su masa máxima autorizada no excede de 3.500 kg.

Las bicicletas circularán por el arcén si es transitable y suficiente. Si no lo es, utilizarán la parte imprescindible de la calzada. Podrán circular en columna de a dos lo más cerca posible de la derecha siempre que exista visibilidad y no formen aglomeraciones de tráfico.

En algunas ciudades, las ordenanzas municipales permiten que las bicicletas en determinadas circunstancias puedan circular por la acera y por el carril BUS. Conviene consultar la normativa específica de cada ciudad.

Un accidente frecuente ocurre cuando los ocupantes de los vehículos abren la puerta sin mirar que una bicicleta se acerca. Por ello se aconseja que cuando las bicicletas circulen por el carril más próximo a los vehículos aparcados se sitúen en el centro del carril.

PRIORIDAD DE PASO

Las bicicletas tienen prioridad con respecto a los vehículos de motor:

  • Cuando circulen por un carril-bici, paso para ciclistas o arcén debidamente señalizados.
  • Cuando el vehículo a motor gire para entrar en otra vía y haya un ciclista en las proximidades.
  • Si el primer ciclista de un grupo ha iniciado el cruce de una intersección, todo el grupo tiene preferencia.

En los demás casos, rigen las mismas normas que con el resto de vehículos. Si no están señalizadas, la prioridad la tiene el vehículo (bicicleta o automóvil) que se acerque por la derecha. Si están señalizadas con semáforos o señales, se tendrá que cumplir la señalización.

ADELANTAMIENTO

Cuando un automóvil adelante en cualquier vía a una bicicleta o un grupo, se dejará una separación lateral mínima de 1,5 metros. Además, se debe ocupar total o parcialmente el carril contiguo siempre que haya visibilidad suficiente y se pueda hacer con seguridad.

Se podrá hacer aunque se tenga que invadir el sentido contrario o exista una línea continua.

Cuando sea la bicicleta la que adelante fuera de poblado a cualquier otro vehículo también tiene que mantener la separación mínima de 1,5 metros. Si las bicicletas adelantan en poblado, se hará a una distancia proporcional a la velocidad y a la anchura y características de la vía.

DISTANCIA DE SEGURIDAD

La norma general dice que cuando un vehículo circule detrás de otro deberá dejar entre ellos un espacio que le permita detenerse en caso de frenado brusco sin colisionar con él. No cumplir esta norma es especialmente peligroso en el caso que el vehículo que circula delante sea una bicicleta. Por eso, algunos ayuntamientos han modificado su ordenanza de circulación en el sentido de que los vehículos no se puedan acercar a menos de una determinada distancia. Por ejemplo, en Madrid esa distancia nunca podrá ser menor de cinco metros.

VER Y SER VISTOS

Cuando se trata de usuarios vulnerables como los ciclistas, ver y hacerse ver es fundamental. En primer lugar señalizando claramente las maniobras y llevando ropa de colores claros y llamativos.

Se tiene que utilizar el alumbrado entre la puesta y la salida del sol y siempre que se circule por túneles y pasos inferiores. Los ciclistas llevarán una luz de posición blanca en la parte delantera y en la parte trasera un reflectante y una luz de color rojo. Opcionalmente se pueden llevar reflectantes amarillos en pedales y radios.

Además, si se trata de vía interurbana, los ciclistas llevarán alguna prenda reflectante que permita distinguirlos como mínimo desde 150 metros.

Últimamente las nuevas tecnologías, nos echan una mano en este sentido. Diferentes empresas han fabricado dispositivos luminosos para hacernos ver que disponen hasta de intermitentes y luces de frenado.

 

Tanto los conductores de automóviles como los de bicicletas tenemos que empezar a acostumbrarnos a encontrarnos en la vía. Aunque en España el uso diario de la bicicleta está creciendo, aún estamos lejos de la media europea. En nuestro país se sitúa en torno al 3% mientras que la media está en el 8%, muy lejos de países como Holanda (36%) y Dinamarca (23%).

La convivencia con seguridad de los vehículos con las bicicletas y también con los peatones será un reto al que nos tendremos que enfrentar en los próximos años. No debemos dejar que los datos negativos influyan en esta tendencia ya imparable. La movilidad de las ciudades, la contaminación y sobre todo nuestra salud, nos lo agradecerán.

CONSEJOS DE SEGURIDAD

CICLISTAS

  • Ver y hacerse ver. Con los dispositivos luminosos o reflectantes reglamentarios.
  • Señalizar con antelación todas las maniobras.
  • Utilizar el casco en vías interurbanas y los menores de 16 años en todas las vías.
  • A pesar de estar permitido, evitar circular en paralelo.
  • Cumplir la normativa de tráfico. Respetar la señalización.
  • Utilizar espejo retrovisor o girar la cabeza antes de realizar una maniobra o un desplazamiento lateral.
  • Evitar circular en el ángulo muerto de los vehículos. Si miramos a su retrovisor y vemos la cara de su conductor, él también nos estará viendo.
  • Estudiar el itinerario a seguir. Utilizar vías para ciclistas o recorridos con poco tráfico de vehículos.
  • Prestar atención al pavimento. Evitar rejillas metálicas, marcas viales (sobre todo si están mojadas), baches, etc. Si se van a esquivar, asegurarse de que se puede hacer con seguridad.

OTROS VEHÍCULOS

  • Mantener la distancia lateral de seguridad reglamentaria, especialmente en el caso de vehículos voluminosos, con viento lateral, niños, etc.
  • Prever desplazamientos laterales inesperados.
  • Mantener la distancia frontal. No acercarse demasiado desde atrás.
  • Aumentar la precaución al circular por vías frecuentadas por ciclistas, carriles bici, parques, etc.
  • Usar el claxon para avisar de su presencia a los ciclistas, pero nunca demasiado cerca para no asustarles.

 

Octavio Ortega
Experto en Seguridad Vial de PONS Seguridad Vial